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¿Porque todavía no digitalizamos las elecciones?

Una mirada simple, educativa y basada en evidencia.



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Mientras Chile vive nuevos procesos electorales, vuelve una pregunta recurrente: ¿por qué seguimos votando con papel, lápiz y urnas físicas en plena era digital?


La respuesta no es tan obvia como “modernizarse” o “actualizarse”. La digitalización electoral tiene ventajas reales, pero también desafíos profundos que hoy impiden una adopción masiva.


La promesa del voto digital


Numerosos estudios muestran beneficios potenciales:


  • Mayor participación: votar desde cualquier lugar podría facilitar el sufragio, sobre todo para personas con movilidad reducida o chilenos en el extranjero. (European Parliament, 2016)

  • Procesos más rápidos y eficientes: menos papeleo, menos transporte físico y resultados más ágiles. (European Commission, 2019)

  • Modernización democrática: en una sociedad digital, muchos ciudadanos esperan que los procesos públicos se alineen con ese nivel de tecnología. (MDPI, 2024)


    En teoría, es un avance natural.


Pero la realidad es más compleja


La razón por la que Chile , y la mayoría de los países, aún no adopta sistemas de votación digital totalmente remotos se resume en tres grandes obstáculos:


1. Seguridad y confianza

Un voto tiene que ser secreto, verificable y a prueba de manipulaciones.Sin embargo, estudios han demostrado vulnerabilidades en sistemas de voto online usados incluso en países desarrollados (como el caso del sistema iVote en Australia, Arxiv 2015).Un fallo no sólo afecta resultados: daña la confianza del país completo.


2. Brecha digital

Aunque Chile tiene buena conectividad urbana, aún existen zonas rurales o segmentos que no tienen acceso fiable o habilidades digitales. Si el voto fuese sólo digital, algunos quedarían excluidos. (European Parliament, 2016)


3. Legitimidad y cultura cívica

Votar es un acto simbólico. Cambiarlo requiere consenso político, social y técnico. La desconfianza hacia la tecnología en procesos sensibles no es menor, y una transición mal gestionada puede generar más dudas que beneficios.


Entonces, ¿es imposible digitalizar las elecciones?


No. La evidencia sugiere que el camino no está cerrado, sino que requiere progresión, cautela y madurez institucional.


La digitalización electoral puede avanzar, pero no como un salto abrupto, sino como una transición gradual, comenzando con modelos presenciales electrónicos supervisados, pruebas acotadas, auditorías abiertas y modalidades digitales dirigidas a grupos específicos donde los riesgos sean menores.


El desafío no es la tecnología en sí, sino nuestra capacidad de garantizar que cualquier innovación preserve, o incluso fortalezca, los principios básicos del voto: secreto, igualdad, seguridad y confianza pública.


Opinión personal


Creo firmemente que Chile avanzará hacia formas de votación más modernas, pero no cuando la tecnología lo permita, sino cuando la ciudadanía confíe en ella. La digitalización electoral no debe ser un símbolo de modernidad, sino una herramienta que, bien diseñada, pueda ampliar derechos, fortalecer la participación y hacer más robusto nuestro sistema democrático. El verdadero reto no es técnico; es cultural, institucional y humano.


Opinión de Pablo Reyes C.


Fuentes consultadas


  • European Parliament. E‐voting in the European Union: Opportunities and Challenges. 2016.

  • Halderman, A. et al. Security Analysis of the iVote System. arXiv:1504.05646, 2015.

  • BSI Germany. End-to-End Verifiable Online Voting Study. 2020.

  • European Commission. Remote Voting: Main Findings. 2019.

  • IFES. Lessons on the Use of Technology in Elections. 2022.

  • MDPI (Societies Journal). Digital Democracy and Civic Expectations. 2024.



 
 
 

1 comentario


Como se menciona, encuentro que seria ideal tener un sistema que permita mejor fluidez y comodidad al momento de sufragar. Sin embargo, en mi opinión encuentro que en un país como el mío es difícil.

Creo que la forma digital más simple y que es posible verificar que una persona vota es mediante la clave única. Pero no todos saben tener acceso a ella, o bien existen casos donde uno se sabe las contraseñas de un familiar (podría estar sujeto a manipulación).

Lo segundo sería ver bien como brindarle la confianza al ciudadano manteniendo el anonimato del voto. He sido vocal de mesa y hay gente que cree que por el hecho de tener un folio en su papeleta pie…


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